28 Mocomoco, 28 de abril de 2005.


Orgulloso de mi parroquia:


Desde hace unos días está con nosotros el P. José María Nieto, es asistente de nuestro Superior General en Roma, y es el encargado de realizar la visita a nuestra misión. Chema, como yo le llamo porque fue mi formador cuando tenía 18 años, y porque en mi primer año de sacerdocio estuvimos juntos en el equipo de misiones en España, ha querido conocer hasta el último detalle nuestra misión. En primer lugar nos ha dado las gracias por estar aquí, porque se ha dado cuenta bien pronto de lo duro que es esto, para empezar le está costando acostumbrarse a la altura, las digestiones son muy lentas, le duelen los riñones por el traqueteo del coche por estos caminos, ya ha tenido su gastroenteritis de la que nadie se libra, en definitiva, nos dice que aquí no podemos estar muchos años porque físicamente es un desgaste enorme. Por eso, nos ha pedido que tengamos mucho cuidado que desde Roma no quieren otro caso como el del P. Francis, que tomemos el tiempo necesario para descansar, y sobre todo que cuidemos mucho la salud, se le nota preocupado por nosotros. También ha visto las numerosas obras que llevamos adelante y dice que no se explica como es posible. El conoce países como Honduras, Perú, Ecuador, y nos dice que aquí le impresiona la pobreza que ve, que esto es como retroceder cincuenta años en el tiempo.


Hoy jueves ha visitado las tres parroquias, Humanata, Italaque y Mocomoco. En Humanata ha experimentado la dureza de los bloqueos, a la entrada había un cartel de Bienvenidos y habían bloqueado el camino porque le han subido el precio de los autobuses, él me decía “qué calurosa bienvenida”, yo he quitado las piedras porque dejarle a el no es bueno, ya que hacer esfuerzos cuando uno no está acostumbrado se puede pagar caro. Ya en el pueblo los catequistas han tocado música boliviana para el, en la misa la gente le ha aplaudido, se le veía contento, después de jugar un poco con los niños de la guardería hemos comido y rumbo a Italaque, para no variar he vuelto a pinchar, normal porque el camino a Humanata es indescriptible. El padre M.NietoHemos llegado a Italaque y le estaban esperando las autoridades y los sicuris que es el grupo de música autóctono milenario. Las autoridades le han pedido un padre como Francis, y después hemos tenido la misa pidiendo por él. Para finalizar nos han invitado a cenar, papa, arroz y huevo, yo me río, y el también. En la cena le he dicho que si vio la película de la misión, claro que la vio, y le dije que en una escena de la película el sacerdote le pide al obispo que visite su misión, pues bien le dije que le faltaba lo mejor de la misión, la parroquia de Mocomoco, se reía mucho, pero no sabía lo que le esperaba.


El domingo yo les dije a los niños que pusieran un cartel de bienvenido y nada más que ya habría tiempo para bailar, pero que llegaríamos tarde y que no preparan nada. Pues bien puedo decir que estoy orgulloso de mis niños, porque desde las dos de la tarde nos estaban esperando y hemos llegado a las nueve de la noche. Para empezar los niños nos esperaban antes de entrar en el pueblo, he ido en primera marcha y los niños corrían a nuestro lado. Al entrar en el pueblo las campanas han empezado a sonar y al doblar la esquina anterior a la plaza han aparecido unos cien niños, el P. José María se estaba emocionando pero todavía no había visto lo mejor, ni yo por supuesto. Al entrar en la plaza la gente nos ha hecho un pasillo hasta la puerta de la iglesia, le han regalado flores en forma de corona, le han lanzado pétalos y confeti, y le rodeaban dándole las gracias por venir, ahí ya se ha emocionado, yo reía porque no me creía lo que estaba viendo. Han hecho dos arcos de ramas de pino cubiertas de flores por donde hemos pasado. Yo he hablado para darles las gracias, el P. José María también ha querido darles las gracias por la acogida, le han llevado hasta la parroquia y dentro ha rezado con ellos, la iglesia estaba llena, ha sido muy emotivo. No me equivoqué cuando le dije el paralelo con la película de la misión. Yo como siempre estaba rodeado de niños hasta no poder andar, y todos me decían ¡padre,padre! y me agarraban de la mano varios a la vez, también me han puesto una corona de flores y me han lanzado flores y confeti. Ha sido un momento mágico que he tenido la suerte de vivir, y todavía quedan los bailes que han preparado los niños que eso es digno de ver. ¡Me gustaría tanto que hubieses estado aquí para vivir esta experiencia! Hace nueve meses que llegué y me dijeron que era un ladrón de corazones, hoy creo que ellos me han robado mi corazón, me siento orgulloso de mi gente.


El sábado hemos ido a visitar una de las comunidades más lejanas, más si cabe aún pues el camino antiguo se ha caido y hemos tenido que dar una vuelta mayor, después de visitar esa comunidad teníamos que ir a otra pero el tiempo, se nos hizo muy tarde y el cansancio del padre José María pues hemos estado cerca de los cinco mil metros, y una semana en Bolivia no da para hacer excesos, por eso hemos decidido volver a casa. Y de nuevo los niños nos han sorprendido, veníamos muy cansados y nos han recibido con bailes que han preparado durante la semana, incluso han preparado letras muy originales, en uno de los bailes decían: somos de la parroquia, reconocemos a nuestros padres y les queremos.

Por cierto hoy han tenido ya el primer entrenamiento de la escuela de fútbol, tanto el director técnico como los niños y jóvenes estaban muy contentos.


Para finalizar decir que he sentido de cerca una vez más el cariño de los niños pues durante estos días me decían que no me marchase a mi país que me iban a extrañar, que iban a llorar y que de nuevo iban a soñar conmigo. Pero decían que iban a soñar que llegaba pronto porque si así lo hacían iba a regresar antes. Y luego me han pedido que les ate una cuerda a su muñeca como señal de que estoy unido a ellos y de que voy a regresar pronto, yo les he atado una cuerda con la medalla de la Virgen Milagrosa. Mientras me montaba en el coche no paraban de decir: no te vayas padre.



Unidos en la oración