40 Mocomoco, 17 de noviembre de 2005.

Seguimos avanzando:

Hoy de nuevo ha sido un día largo e intenso en experiencias positivas. Gracias a Dios la escuela de fútbol ya tiene un reconocimiento a nivel nacional, pero no sólo como escuela de fútbol sino como escuela de deportes, donde entran todas las disciplinas del deporte. Vinieron los responsables del Servicio Departamental de Deportes de La Paz y ya nos han dado el título y materiales deportivos. En el acto estuvieron presenten todos los niños del pueblo, pues el director del colegio se encargó de preparar el acto. Los niños cantaron el himno a Bolivia y a La Paz y después cada uno habló representando a su institución. La Escuela de Futbol creada por Diego Plá ya tiene reconocimiento oficial.Lo más positivo de tener título de escuela de deportes es que se nos abren las puertas a infinidad de posibilidades con estos niños y jóvenes. Lo segundo más positivo fue la experiencia que tuvimos con respecto al material entregado. En primer lugar porque no lo he pagado yo como hasta ahora, sino que he lo he recibido gratis. En segundo lugar que la alcaldía tenía que entregármelo a mí como responsable de la escuela de deportes, pero no quería hacerlo hasta el día siguiente, entonces ha sido cuando se me ha acercado  el representante de la junta de vecinos y me dije que me tengo que llevar el material ya, el profesor de la escuela de fútbol me dice que el ya ha tenido experiencia de que luego se lo quedan en las alcaldías, es decir la sombra de la corrupción empieza a planear de nuevo. Yo estaba tranquilo, y llego a un acuerdo de que me lo entreguen al día siguiente, pero en esto se reúnen varios concejales y deciden que no, que me lo tengo que llevar ya porque sino se va a perder, expresión muy utilizada cuando quieren decir que alguien se queda algo sin ser suyo. Han dialogado y han decidido que me lo lleve porque confían en mí y en el buen uso que le vamos a dar. Era un momento un poco tenso porque estábamos reunidos los concejales, las juntas vecinales, y todos excepto el representante de los concejales estaban de acuerdo. Lo que no me ha gustado es la poca confianza que tienen entre ellos mismos en torno a la honestidad, y por el contrario me ha encantado que me vean como alguien coherente con lo que hago y hablo, que vean en mí alguien de confianza. Además ellos han reconocido que todos los esfuerzos han sido míos que la alcaldía no ha hecho nada, que cuando hagan algo pues entonces ya veremos. Por eso hoy creo que avanzamos en algo, pues ven en la parroquia una institución en la que se puede confiar. Después a la tarde celebramos la misa y de nuevo estuvo llena, película y cena para los chicos de Italaque que han venido a jugar, una cena sencilla, dos panes y un vaso de chocolate con leche. Pero ha sido muy bonito que han venido varias chicas y me han dicho que si necesito ayuda sin que yo se la hubiera pedido, eso se llama iniciativa y servicio. Doy gracias a Dios por los regalos que me va haciendo cada día.
Hoy ha sido un día tranquilo, descansé y me fui a la guardería, y de nuevo mis angelitos me expresaron el cariño, comenzaron todos a gritar padre repetidas veces, las cuidadoras se reían, hasta el pequeño Dino Dino y Maritzaque tiene año y medio, y en esto me rodearon y me abrazaron. ¿Saben lo que se siente cuando uno está recibiendo un abrazo de varios niños haciéndote un corro y pegando sus cabezas formando una piña? Eso es algo maravilloso, eso es sentirse querido. Después me han dicho que juegue con ellos, y claro de nuevo a descalzarse y a jugar. Hemos corrido de lo lindo y después necesitaba un juego tranquilo para descansar, y les he enseñado el veo, veo. Después he paseado por el pueblo y en una tienda me han invitado a una mate de coca, ojo que coca no es cocaína, por favor. Y me han dado las gracias por lo que estoy haciendo por los niños del pueblo y de las comunidades. Me han dicho algo que no me gusta oír, que el día que me vaya los niños van a llorar. Una madre me comentó que su hija de 11 años le dijo que quería tener más edad para que el padre la ayudara a estudiar en la universidad. Yo pensaba, que gran sueño este de luchar por tener unos estudios universitarios siendo capaz de hipotecar la propia infancia. Por eso creo que el siguiente proyecto que tenemos que potenciar es dar la posibilidad mediante becas de que estos jóvenes puedan formarse, y ahí si, creo que estaremos haciendo que este país sea menos pobre.
Me llama la atención que un niño de dos años que vio llorar a su madre le dijo, no llores más, que el padre nos va ayudar y nos va a llevar a España. Yo me he reído, y les he dicho que no se preocupen que vamos a crear en Mocomoco una pequeña España, que no va a hacer falta irse a ningún lado. Eso es lo que quiero hacer, pues si cada uno en su tierra tiene sus oportunidades no va a hacer falta emigrar a ningún sitio. En Mocomoco el problema es que quieren ir a La Paz porque aquí no hay futuro, y el problema en La Paz es ir a España porque en La Paz no hay futuro. La solución teórica es clara, si aquí hay futuro no habrá que salirlo a buscar a ningún sitio. Pero necesitamos algo básico, y es plata para invertir en proyectos de futuro y para que llegue un momento en el que acabemos con el asistencialismo, pero a día de hoy todavía estamos a ese nivel aunque avanzamos en el otro nivel en pequeñas escalas. Discutía yo con un sacerdote porque me decía que muchos de nuestros proyectos son asistenciales, cierto, que es muy fácil decirlo quien tiene asegurado el plato de comida todos los días, seguro que el que recibe el vaso de leche no se queja de asistencialismo.
A la noche vino una madre llorando y me dijo que no tenía nada que dar de comer a sus hijos, y como regalo que su marido le había pegado por ello. Yo le he dado comida de mi despensa, pero me queda “el mal sabor de boca” de que pasen estas cosas. De que todavía tengamos que estar a este nivel de asistencialismo. Cierto que decía San Vicente de Paúl que en vez de dar un pescado había que enseñarle a pescar. Pero cómo enseñar a pescar a alguien que se te va a desmayar en el ínterin. Miro a los pies de estos niños y veo a los pocos que tienen zapatos sus enormes agujeros, y quisiera comprarles zapatos a todos. O miro al niño que le compré zapatos hace un año y sigue con ellos, a pesar de que su pie a aumentado de número, pero claro son los únicos zapatos que tiene. Yo pensaba que le compro unos nuevos y se los cambio, y así puedo dárselos a otro niño. Y este razonamiento me daba tristeza.
Por último, decir que esta noche vino a mi casa un matrimonio con sus hijos y estuvimos hablando mientras el resto de niños veía la película. Me ha encantado que vinieran a verme y no me pidieran nada. Yo después de un rato les preguntaba y les decía ¿Qué es lo que necesitan? Y ellos me decían que nada, que todo estaba bien. Yo no les creía y al cabo de un momento de nuevo les preguntaba, y ellos seguían en las mismas, total que era verdad que lo único que querían era acompañarme un rato, me han dicho que si pueden venir a cocinarme una cena el sábado, yo encantado.
Hoy ha sido un día muy original, el tema central sería el contrabando de gas, diesel, queroseno, etc… Llegó un camión a Mocomoco atravesando las montañas, huyendo de los controles policiales, y lo pararon en el pueblo. La gente del pueblo quería que le vendiera gas, y otros querían avisar a la policía para que lo decomisara todo. La controversia es bien clara, si viene la policía nos quedamos sin nada, ellos y nosotros, pero cierto que eso es lo legal, claro que no hay que olvidar que estamos en Bolivia, ese un dato muy importante. Y la otra opción es que nos vendan a nosotros, pero claro está, no al precio que lo venderían en el Perú, de esta manera ganamos nosotros y ellos también aunque no tanto como los contrabandistas querrían. Han vendido algunas garrafas a la gente del pueblo, supongo que para que estén contentos y les dejen pasar, lo malo para mí ha sido que cuando he llegado con las garrafas de la guardería ya no querían vendernos, hemos esperado y esperado, la gente se ha enfadado, los contrabandistas han volcado una garrafa de diesel y ha amenazado con quemar todo lo que llevaban en le camión, está claro que eso era un farol, pero bueno, con eso han logrado llegar a un acuerdo, que pagaban una multa a la alcaldía y se iban. Yo me he vuelto con mi garrafa a la guardería, al llegar los niños estaban almorzando y todos como siempre coreaban el nombre del padre. Les he dicho que si me acompañan a la plaza del pueblo, ellos encantados, total que hemos salido todos de la mano calle abajo, y a la cabeza con mi garrafa de gas, ellos cantaban ¡queremos gas!, ¡queremos gas!, no se que le habrá entrado en el cuerpo a los contrabandistas que antes de que llegara al camión ya me estaban dando una garrafa de gas. He pagado mi garrafa a precio normal y de vuelta a la guardería a terminar de almorzar. La gente del pueblo miraba y la encargada de la guardería me decía que por qué no habíamos hecho esto antes, yo le he dicho que no se me había ocurrido, que al ver a los niños me surgió la idea, y por suerte nos salió bien. Gracias a Dios ya tenemos gas para una semana más. Esto de luchar por otros, en este caso por los niños es algo muy bonito, merece la pena. Pues a la tarde en el catecismo hablábamos de las obras buenas y las malas que hacemos, y dos niñas de seis y siete años mientras yo hablaba me pidieron permiso para dibujarme y al final me dieron sus dibujos, en ellos me dicen que me quieren y que soy bueno, qué mejor regalo que dos almas limpias de demuestren su amor de esta manera, ellas quizá sin saberlo estaban haciendo una obra buena.
El sábado por fin acabamos de visitar comunidades, pues habíamos empezado en julio y hasta ahora no habíamos parado, incluso hemos visitado de jueves a domingo. La mejor manera de terminar fue visitando una comunidad en la que hubo que andar, pero sabiendo que ahora vendrá un tiempo de descanso físico por la época de lluvias el esfuerzo de subir y bajar estas montañas se atenuaba porque en el fondo de mi ser sabía que era la última por un tiempo.
Unidos en la oración
Diego J. Plá cm
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