64 Mocomoco, 15 de mayo de 2008.

De vuelta “al hogar”:

Yo creo que una de las sensaciones en esta vida que más desconciertan y duelen es la de la impotencia, por más que uno lleve la razón sino se puede hacer nada o casi nada es de verdad desconcertante. Digo esto por que un mes después de haber tenido a la pequeña desnutrida en casa de nuevo está aquí en una situación que digamos que sino va para atrás pues lo mínimo es decir que está estancada, y todo por culpa de muchos, de la cultura, de los médicos, de las autoridades judiciales, y por su supuesto de su familia.

Contaré un poquito lo que pasa. La abuela dijo que si le dábamos leche que ella la cuidaría, (primera mentira) porque la niña tenía las orejas como para sembrar patata, y las heridas que aparecen en sus piernas son porque la ropa mojada no se la sacan, mojada de orina. Lo cierto es que le importan más los animales, porque dice que no tiene tiempo para cuidar a la niña. Segundo, la leche que le damos se la dan también al otro bebé. En las ocasiones que he visto a la mamá nunca ha alzado a esta niña, ni le ha dado el pecho, como hace con el otro bebé. Le hemos dicho que nos de al bebé antes de que se muera, y dicen que lejos de ellos puede sufrir, no sé que más puede sufrir este angelito (segunda mentira).

Yo les digo que vayamos al médico del pueblo porque quiero una evaluación de la niña. El médico que no se donde habrá estudiado porque me dice que la niña con 52 cm, cuatro meses, y pesando tres kilos y medio, está en el peso normal, (tercera mentira) supongo que habrá que llevarle al oculista, claro hay momentos que uno ya no se puede callar y yo le digo que los baremos utilizados serán los de los pitufos, porque sino no se entiende, en La Paz los niños nacen sobre tres kilos y medio. Además la niña casi no puede respirar y está con un resfriado grande, aparte del balón de fútbol que tiene por estómago. Después de hacer entrar en razón al médico me dice que quisiera evaluarla dentro de tres días, pero que tiene miedo de que se pueda morir, entonces le digo que hable con el juez y le diga que la vamos a tener hasta el domingo. Acto seguido y en un acto de sinceridad me dice que ya han optado por el otro bebé, pues claro hijo. Y me dice que en lo que va de año que el sepa han muerto cuatro bebés asesinados, y eso que el se entere.

Lo de los baremos es para reírse, claro que hoy mismo en la guardería al ver a Ronaldo que tiene la talla de niños de cuatro años de aquí, supongo que dirán que tiene sobrepeso o que es obeso.

He ido al juez y le he dicho que voy a tener a la niña hasta el domingo, este es otro que ni come ni deja comer, pues al entrar me dice ¡otro bebé!, le muestro a la niña y le digo que mire el estado, dice que pobrecita la niña pero que en estos momentos está en trámite judicial para reconocimiento por parte del padre, que creo que es un chico del colegio de 16 años, y que no podemos hacer nada, que la niña tiene que estar con su madre, y yo en mi pensamiento digo, aunque la mate o la deje morir, que es lo que está haciendo.

Claro y a todo esto cualquiera va a protección del menor, pues con los anteriores bebés que entregué a los hogares aparecí denunciado en protección del menor, y decían que es que los niños tenían que estar con sus familias, estos son otros que no se enteran ni donde están y claro Mocomoco les pilla muy lejos de la ciudad y de sus oficinas, y supongo que con sacar unos papeles sobre los derechos del niño se quedarán felices y tranquilos.

¿Quién defiende la vida de estos niños inocentes? ¿Dónde queda la justicia? Cada día creo más en la otra vida donde estos pequeños crucificados tendrán una vida un poco digna.

De otros asuntos decir que la escuela de fútbol va de maravilla, los pequeños de cinco a diez años ganaron 5-0, y los de once a quince años lo hicieron 8-0. Y este domingo los pequeños golearon 11-3. El caso es que les entreno como al estilo europeo, vamos con un poco de gracia y alegría. Actualmente tengo casi cincuenta niños en lista.

Mi otra gran alegría es el grupo de mujeres fe y artesanía, ya llevamos un mes reuniéndonos dos veces por semana y sólo han fallado dos señoras que ya han sido reemplazadas por dos que estaban en lista de espera, porque el grupo es de veinte mujeres, así cerrado, sólo puede entrar una si sale otra. Les gusta tanto el catecismo como el trabajo en la máquina de coser. Ya están elaborando artesanía y conjuntamente las equipaciones de la escuela de fútbol.

Que Dios les bendiga

Diego J. Plá cm

“Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”

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