65 Mocomoco, 28 de julio de 2008.

Un tiempo de silencio.

Dice el libro de Eclesiastés que hay un tiempo para reír, y un tiempo para llorar, tiempo para hablar y tiempo para callar, hace más de dos meses que no escribo, pero sencillamente ha sido un tiempo para dejar que las cosas sigan su curso desde el trabajo silencioso y confiado en que la mano de Dios va a guiar el trabajo en la misión. Miembros de la comunidadHUAIRACHANÍ recibiendo alimentos

De nuevo comenzaron las clases después que acabaron las vacaciones de invierno y poco a poco todo fue tomando de nuevo el curso de la normalidad, el catecismo de niños y jóvenes se reanudó, las visitas a las comunidades continuaron, y quizás la gran novedad es que comenzamos un proyecto estilo caritas, en el que ayudamos a las familias más pobres de cada comunidad con arroz, azúcar y fideo mensualmente, nos hemos centrado en familias numerosas y ancianos que no reciben ayuda del gobierno. Lo cierto es que estamos ayudando a más de doscientas familias. A veces pienso la gran cantidad de arroz, azúcar, etc… que la parroquia ha comprado en estos cuatro años entre desayunos Miembros de la comunidad HUAIRAPATA cecibiendo alimentosescolares, guardería, ayuda a familias, etc… y espero que verdaderamente hayamos ayudado a paliar al menos un poquito la desnutrición en esta zona de Bolivia.

En estos momentos estamos viviendo un tiempo de escasez de combustible, a nivel de gas y de gasolina, para mayor dificultad el ejército controla todas las salidas de la ciudad y es casi imposible pasar las garrafas, por eso la situación es que llevamos más de dos meses sin gas porque el camión que venía se desvía hacia el Perú para vender las garrafas de contrabando, y la gasolina en esta zona sólo se vende al que tiene autorización, menos mal que me llevo bien con el alcalde y he conseguido una de esas autorizaciones, pero sinceramente esto de estar en la frontera del país a veces es un poco incordio porque la sombra del contrabando es muy alargada.
Cristo aymara, pintura mural realizada por Diego Plá

La gran alegría sigue siendo el grupo de mujeres fe y artesanía que se mantiene vivo y con energía, y eso que ya lleva cuatro meses, camino de cinco, reuniéndose y preparando artesanía, mi gran sorpresa es que les encanta la hora de catecismo, pues ahora se reúnen cinco horas a la semana, una para la fe y cuatro para el trabajo. Es bonito ver a este grupo porque se ha creado un ambiente muy bonito donde pueden expresarse, hablar de los problemas que le preocupan, en definitiva es un grupo en el que se comparte la fe, la vida, el trabajo.

Por último decir que de nuevo me he metido en obras materiales, en estos meses hemos arregladoCelebración de las fiestas de San Pedro en Mocomoco. tres capillas, y si Dios quiere construiremos una iglesia grande. También acabamos de pintar la parroquia, e incluso me lancé a pintar un cristo aymara, mi fuerte no fue nunca el dibujo pero bueno creo que quedó pasable. Y la gran novedad es que en lo que me queda de jardín estoy construyendo una piscina para los niños, nada extraordinaria claro, pero que junto con el columpio y demás artefactos espero tener un área de recreación para los niños, pues no cuentan con nada.

Se me olvidaba, tuvimos la fiesta de la parroquia San Pedro, y vinieron de las comunidades en esta ocasión no para bailar sino que organizamos un concurso de cantos, bueno estuvo bien para ser la primera vez, aunque quedan más vistosos los bailes, pero bueno fue iniciativa suya que no es poco.

 

Que Dios les bendiga

Diego J. Plá cm

“Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”

diego_pla@hotmail.com