El Alto, 4 de octubre de 2004
Esta cuarta semana de septiembre ha sido verdaderamente rica en experiencias. Pues para empezar el 27 de septiembre celebrábamos San Vicente de Paúl, yo en concreto estuve en la ciudad de Cochabamba en la casa Provincial de las Hijas de la Caridad celebrando con toda la Familia Vicentina la eucaristía en la que compartimos lo que cada rama de la Familia viene desarrollando en Bolivia. Lo cierto es que como acá hay tantos pobres hay que seleccionar muy bien los campos de acción para no perderse en la pobreza en general. Por cierto, tenía pensado ir en avión desde El Alto, se tarda media hora, pero decidí agarrar la flota (el autocar) y después de siete horas por la cordillera andina llegar a destino.
El 28 de septiembre marché para Italaque la zona de misión del P. Francis pues celebrábamos al Patrón San Miguel, y lo que puedo decir es que se invitó a todas las comunidades de la zona. Vinieron 22 grupos a bailar. Pude comprobar la riqueza cultural andina. En primer lugar, los trajes elaborados artesanalmente y en cuanto a las danzas
se mantiene la tradición de bailes de tiempos de los incas y por supuesto de nuestra época dorada por estas tierras. Me hicieron bailar una danza el grupo de los sicuris que son los más representativos de la zona. Yo seguía en ritmo como podía, pero la gran dificultad reside
en bailar y lograr no asfixiarse, pues a la altura a la que estamos hay que estar muy atentos a los esfuerzos que se hacen porque sino luego se paga caro. Lo que más me asombró de la fiesta fue que los asistentes venían de comunidades andando unas 8 o 10 horas, y sólo para compartir el baile. Es demasiado hermoso. El P. Francis dio de comer a 1000 personas, el puso los chancos, el arroz y la papa, y la gente cocinó y se encargó de repartir el desayuno, la comida y la cena. Por cierto, se tuvieron la competiciones deportivas de la escuela de fútbol, con la participación de jugadores de la ciudad.
Después marché a mi parroquia de Mocomoco, un día de orden y limpieza, el siguiente a visitar comunidades. Visité la comunidad de Wilacala que la tengo a hora y media de camino en coche y a 4.800 metros de altura, el recibimiento fue excelente, hay que darse cuenta que las comunidades ven a un sacerdote con un poco de suerte tres veces al año. Tengo 53 comunidades y tendré que organizarme muy bien para poder atender a todos. Pues bien, celebramos la eucaristía y me sentí feliz porque las 40 personas que estaban cantaban con fe, y prestaban una gran atención a mis palabras. Todavía no hablo aymara, pero de vez en
cuando digo algunas palabras, y la gente lo agradece mucho. Espero que con la ayuda de los catequistas y el método que he heredado del padre anterior pueda poco a poco lograr celebrar la misa en aymara antes de que acabe el año. Los progresos en la parroquia se van viendo pues de celebrar la eucaristía con tres adultos y 10 niños, ahora la eucaristía diaria se celebrar con 15 adultos y 20 niños. Pero lo más hermoso es que la eucaristía del domingo que vienen de las comunidades andando hasta 6 horas, pues el domingo estuvo llena la iglesia,
digamos que había unas 400 personas. El Señor me regala frutos tempranos. Aproveché el domingo y me levanté temprano y fui a celebrar misa a una comunidad cercana, Lujma, pequeñita eso sí, celebré la misa en familia pero con gran felicidad, seríamos una veinte personas.
Ahora de nuevo, estoy en El Alto y haciendo compras para la guardería, compro ollas, sartenes, cafeteras, mesas, sillas, etc. amueblar una guardería para cuarenta niños no es fácil, porque faltan mil detalles que comprar. Pero vamos haciendo progresos respecto al tema de pagar profesores pues he hablado con el director del colegio y hemos llegado a un trato, el me cede a una profesora para niños de 4 y 5 años y yo a cambio le doy clase de religión. Ahora tengo que buscar una cocinera y otra profesora-cuidadora para los niños de 2 y 3 años. El problema será buscar el dinero para pagar los sueldos. La idea que ha surgido
es poder apadrinar a los niños pues a las familia como mucho podré pedirles 10 bolivianos (1 dólar = 8 bolivianos) porque las familias son muy pobres, de hecho casi no manejan dinero. Me da mucha pena ver a niños con sandalias de cuero con dos tiras, el pie al aire, y puedo
decir que hace mucho frío por experiencia propia, y algo que me llama la atención es que los niños como mucho llevan una chompa (jersey), muchos los veo tiritar de frío. Los niños pequeños siempre con sus moquitos colgando. Que mundo más injusto donde unos tenemos tanto y otros no tienen nada. Una de las cosas que me he propuesto es que los niños de la guardería tengan fruta al menos una vez al día. Tengo que solucionar la falta de vitaminas en los niños.
También voy dando pasos con el proyecto de ganado, de hecho lo más seguro es que tengamos que ir a Perú a comprar llamas, alpacas, y ovejas. El proyecto es bonito pues es dar la oportunidad a las familias más pobres de tener un recurso para salir adelante, claro que
en mi formación al sacerdocio no recuerdo la asignatura de bovinos. Bueno de momento ya distingo entre llama y alpaca, pues hace unos días creía que era lo mismo. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a estar en estos líos?

Y por último el tema conflictivo de la situación política del país. Hace un año tuvo lugar el famoso octubre negro con 60 muertos, pues se están preparando nuevas movilizaciones ya que se pide el juicio al presidente que salió del país fruto de las presiones y las
movilizaciones. Tendremos que estar atentos a los bloqueos, ya veremos como se desenvuelve la situación.
Y para finalizar, al regreso de las comunidades todo fue bien, pero esta mañana al ir a arrancar el coche tenía pinchadas las dos ruedas de la derecha, Dios es bueno conmigo porque si llego a quedarme con dos ruedas pinchadas en mitad de las montañas, me pongo a llorar. Pero bueno todo arreglado y listo para marchar el jueves de nuevo a las
comunidades.
Los días son muy intensos y me tengo que organizar para que el trabajo no se amontone, pues para las siguientes semanas tengo que organizar l a catequesis de comunión y confirmación, los niños están muy ilusionados.
Con todo mi cariño

P. Diego J. Plá cm